Sobre mantras y cierta «psicología positiva»

La foto se titula "Paisaje con niebla II" y pertenece a la galería de Mariajo12 en Flickr.
La foto se titula «Paisaje con niebla II» y pertenece a la galería de Mariajo12 en Flickr.

Hay una psicología positiva con vocación científica, como la que presenta Seligman en esta charla TED, que pretende ayudar a la gente a corregir sesgos cognitivos que atenazan sus vidas y les condenan al eterno retorno de un malestar sin fin. Una psicología positiva que ayuda a identificar bucles en los que estás atrapado y a vislumbrar otros modos de pensar, de sentir, de actuar que permitan contrarrestarlos. Y hay otra que es poco más que un patchwork de mantras bienintencionados, que lo mismo sirven para un roto que para un descosido. De creer algunas propuestas de esta «psicología positiva», que también podríamos llamar «mantrismo», todo está en el interior, y todo puede modificarse cambiando ese ecosistema a golpe de recetario. Uno crea su propia realidad, su estado anímico, porque el pasado ça n’existe plus, y el futuro, chi lo sa? Todo está dentro. ¿Dónde? No se, dentro. Para desmontar algo lo que hay de superchería en este modelo vienen bien libros como «Sonríe o muere», de Barbara Ehrenreich. Menos superventas, probablemente, pero más honestos.

La realidad existe y reclama tu atención

No es verdad que el pasado no exista. El pasado, la biografía, es el hilo con el que está cosida nuestra personalidad. Y hay en esos pespuntes algo de inmodificable. Para desactivar su influencia hay profesionales que recurren al psicoanálisis. O identifican distorsiones sistémicas que explican el guión que da cuenta de ese malestar personal. O reconocen el impacto decisivo que puede tener en las personas las condiciones sociales en las que viven (lo que la OMS llama «determinantes sociales de la salud») y desarrollan competencias personales y comunitarias para incidir sobre ellas. O, para mi gusto, un poco de las tres: una mezcla de factores intrapsíquicos, sistémicos y sociales, estrechamente interrelacionados, que explican cómo piensas y sientes la realidad. No actúes sobre ellos y dedícate solo a recitar hasta la saciedad mantras sobre lo bello que es vivir, con la banda sonora del «Don’t worry! Be happy!» y seguirás dando vueltas al malestar, como el burro a la noria.

No somos héroes, pero podemos cambiar

Para algunas personas puede bastar un poco de luz  para animarse a tomar decisiones que postergan (por miedo, por pereza, por comodidad, por falta de claridad). Para otras las cosas están lejos de ser tan sencillas. Por eso puede ser más certero, más responsable, más ético, hablar de los pequeños cambios que las personas corrientes podemos hacer en nuestras vidas. Tendrá menos glamour, pero será de más ayuda. Sin mantras cuyo efecto energizante dure 5 minutos. Sin apelaciones al cambio que pueden hasta resultar dañinas para según quién en según qué momento (¿cuánta gente se estará arruinando en esta crisis por seguir las llamadas a emprender que con tanta ligereza se han prodigado?) Llamadas que pueden generar frustración en personas que buscan sin éxito salida a sus desconciertos y que, al verse confrontadas con la supuesta facilidad del cambio (la reinvención, etc.), pueden acabar convenciéndose de que hay algún fallo en ellas para que la felicidad prometida les resulte tan esquiva.

Frente a la vaciedad del pensamiento mágico, una llamada a tomar conciencia de la propia vida y sus circunstancias y actuar personal y colectivamente para mejorarla. Lo demás, humo que solo engorda la cuenta corriente del brujo de guardia.

4 comentarios en “Sobre mantras y cierta «psicología positiva»”

  1. Enhorabuena por el artículo, Juan Carlos.

    Solo matizar que, en realidad, a la psicología positiva deberíamos quitarle el adjetivo calificativo porque sigue siendo la psicología científica que conocemos, que trata de ampliar el foco trabajando también el desarrollo consciente de fortalezas y bienestar subjetivo en las personas (tengan o no algún tipo de problema cognitivo-conductual).

    Lo otro,»el mantrismo» que señalas es pensamiento positivo pero no psicología y, por tanto, tiene poco de científico como bien dices.

    Un abrazo y muchas gracias por el artículo.

    1. Gracias por tu comentario, Juan Pedro. Tienes razón en que se trata de desarrollar fortalezas y promover bienestar. Un uso más que deseable de la psicología científica, en línea con lo que en el campo de la salud se conoce como «activos de salud». Lo otro… bueno, es otra cosa. Un abrazo.

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