Lego y las inteligencias múltiples

La imagen está tomada de la galería de gadgetgirl en Flickr.
La imagen está tomada de la galería de gadgetgirl en Flickr.

Fue el 12 de marzo de 2014, poco antes de las elecciones al Parlamento europeo. El Gobierno Vasco dinamizaba el proceso sobre participación ciudadana  Elkarrekin eraikiz – Cocreando valor público, encaminado a redactar el Libro blanco sobre democracia y  participación ciudadana, y una de sus reuniones se celebró en la sede de Innobasque en el Parque Tecnológico de Zamudio. Allí nos juntamos durante algunas horas un grupo de personas de diversa procedencia, para reflexionar acerca de este asunto tan resbaladizo de la participación. Escribieron sobre ello Julen IturbeM’Angel Manovell, Iñaki Ortiz,  Mentxu Ramilo, Ana Viñals y yo mismo en Participación ciudadana: medios, fines y juegos. La sesión la dinamizó Daniel Alberdi, de Coach&Play, y utilizó para ello la metodología Serious Play, de Lego. En síntesis muy apretada, una especie de ejercicio proyectivo de acuerdo con el cual, el uso de una serie de piezas para construir tu visión del asunto en cuestión es un modo efectivo de obtener información relevante. No entro aquí en las bases teóricas del modelo (que me parecen lejos de ser evidentes). Quiero centrarme en el proceso constructivo en sí.

¿Inteligencia espacial? ¡Ya me gustaría!

En mi caso, confrontado con aquel maremágnum de piezas y con las indicaciones de construir con ellas imágenes que reflejaran mi concepción de la participación, su sentido, posibilidades, limitaciones, etc., ví con claridad mis limitaciones espaciales. No fue ninguna sorpresa porque ya he tenido bastantes ocasiones de observar que desde el punto de vista espacial no soy precisamente un genio. Soy de los que se pierden (literalmente) en un garaje, y mi sentido de la orientación es, por ser cariñoso, manifiestamente mejorable. Así que allí estaba yo, con el encargo de pensar «con las manos» en torno a un asunto más bien complejo. No soy un especialista en participación, pero tengo algunas ideas y algunas experiencias al respecto. Déjame el ordenador o dame un cuaderno y un boli y escribiré algunas páginas sobre el particular. Pídeme que monte una performace con Lego para representar mis opiniones y me quedaré en blanco, o al menos a años luz de lo que pueda aportar. Que fue más o menos lo que me pasó. Me salió un churro que, a posteriori, pude llenar de palabras, el terreno en el que me desenvuelvo con más comodidad y eficacia. En definitiva, Inteligencia lógico-lingüística, aceptable. Inteligencia espacial, «necesita mejorar». El proceso bien pudo ser al revés, y pedirnos propuestas por escrito y argumentarlas después verbalmente, en cuyo caso algunas personas con otro estilo de inteligencia, se hubieran sentido, como me sentí yo, limitadas en su capacidad expresiva.

Cada cual su inteligencia

Viene este recuerdo de hace casi 8 meses a cuento de la teoría de las  inteligencias múltiples, de Gardner. Ahora que estoy enfrascado en el proceso de escribir sobre habilidades psicosociales, los puntos de contacto son evidentes. Habla Gardner en su modelo, sujeto como todos a revisión y actualización, de 8 tipos de inteligencia:

  1. Inteligencia lingüístico-verbal.
  2. Inteligencia lógico-matemática.
  3. Inteligencia viso-espacial.
  4. Inteligencia musical.
  5. Inteligencia corporal-cinestésica.
  6. Inteligencia intrapersonal.
  7. Inteligencia interpersonal.
  8. Inteligencia naturalista.

Ni son exclusivas ni son excluyentes. De hecho, el resultado final para cada persona es una amalgama dinámica de unas y otras. Ninguna está ausente 100% de ninguna persona, ni la define en un 100%. Somos una combinación singular de esta mezcla de inteligencias, y en cada persona predominará un perfil u otro. El problema es que a todo el mundo se le exige por igual. En la escuela, en casa, en la empresa… se espera que respondas con eficacia a una inteligencia generalista. Esto significa que, probablemente, se te exigen competencias que no estás en condiciones de ejercer, a la vez que se desatienden formas de abordar la realidad en las que podrías brillar más. Si desde la infancia, desde la escuela, hubiera una mejor identificación y fomento de los estilos cognitivos propios de cada persona, probablemente la motivación personal sería más elevada y el rendimiento mayor. Exigiéndosenos a todo el mundo por igual… bueno, cada persona hace lo que puede. Un verdadero despilfarro.

El modelo de Gardner me parece meramente descriptivo. No creo que existan 8 inteligencias, ni 6 ni 10. Solo existe una, específica para cada persona, resultado del mestizaje entre diversas competencias. Todas esas dimensiones pueden ser entrenadas, de manera que nadie se quede al margen de ellas. En cada persona se requerirá un abordaje educativo individualizado que permita explorar al máximo su particular perfil, desarrollando hasta donde sea posible las diversas dimensiones de la inteligencia humana; explorando hasta donde sea posible su particular perfil. La educación de talla única, prêt-à-porter impide que así sea. Cada vez más profesionales de la educación intentan cambiar este estado de cosas. En buena medida contra el «sentido común», que sigue haciendo de la inteligencia clásica, el eje de la educación, en detrimento del desarrollo personal.

Por cierto, la teoría de Gardner es de 1983. Hace ya más de 30 años.

2 comentarios en “Lego y las inteligencias múltiples”

  1. Querido compañero, simplemente genial este post. Si un día te encuentro perdido y despistado en un garaje, no me detendré a saludarte para no interrumpir tu ensimismamiento, que luego traes estas cosas que escribes. Zorionak

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