Dejar de fumar en 6 posts (3/6)

La foto está tomada de la galería de Tom Raftery en Flickr.

A una primera entrada sobre generalidades acerca del abandono del tabaco siguió una segunda entrada sobre la necesidad de que cada persona identifique la lista de beneficios inmediatos que espera obtener de la superación del tabaquismo. Una semana después nos centramos en la necesidad de organizar a conciencia el momento de dejar de fumar.

Paso 2: Organízate, no improvises

Todo el mundo conoce a alguien que cuenta, orgulloso, aquello de: «pues yo un día me levanté diciendo que no iba a volver a fumar y hasta hoy». Que sí, que a veces pasa. Y tiene mucho mérito. ¡Enhorabuena! Pero está lejos de ser lo más habitual. Por ello, además de hacer acopio de todas las posibles buenas razones que en tu caso te animan (aunque sea con la boca pequeña) a dejar de fumar, hace falta tener claro qué tipo de cambios hay que introducir en el entorno más cercano para asegurarse el éxito. En la mayoría de los casos, puro sentido común.

Obviedades como que si dejas el cenicero encima del escritorio en el que siempre fumas… una vez abandonado el tabaco, cada vez que lo veas te darán, como mínimo, … ganas de llorar. Así que vete pensando en librarte de todos los paquetes de cigarrillos, los ceniceros, los mecheros, las pitilleras y cualquier otro objeto que asocies al tabaco. Y nada de pensar en dejar por ahí escondidos algunos pitillos, por sí acaso (en el primer cajón de la mesilla, entre unos libros de la sala, entre la colección de CD…)

Además, ya imaginarás a estas alturas que vas a necesitar sustituir el cigarrillo por algún otro objeto con el que mantener ocupadas la boca y las manos. Decídete de antemano para no quedarte sin uñas o para no hacer la tontería de ponerte entre los labios un cigarrillo sin encender. Relee por enésima vez tu lista de razones para dejar de fumar. Y, si no lo has hecho ya, este es el momento: comparte tu decisión con la gente que te importa y a la que importas. Ten en cuenta que te vas a sentir raro durante unas semanas, y conviene que lo sepan para que te sirvan de ayuda. Incluso en esos momentos en los que quizás te pongas algo desagradable.

Para que el paso de fumar a no fumar sea más llevadero, durante estos días puedes hacer algunas cosas como estas:

  • Atrasa quince minutos cada día el primer cigarrillo.
  • Fuma algunos cigarrillos menos.
  • Apágalos por la mitad.
  • Fuma marcas que te gusten menos.

Pensar en todo esto, comentarlo, tomar notas, forma parte de tu entrenamiento. Porque de eso estamos hablando, de prepararse para dejar de fumar. Y una vez hecho el «calentamiento», a por ello, eligiendo un momento concreto que intuyas como favorable al reto. Pero de ese día hablaremos el jueves que viene.